Ekaimaren 2an Estremerako espetxetik, Antoniok haren askapenaren aldeko kanpainan lotu diren lagunei eskerrak emateko eta haren egoeraren berri emateko gutun publiko bat idatzi du:
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Estimad@s compañer@s, quiero agradeceros el apoyo personal y colectivo que me estáis dando.
Con quienes me comunico habitualmente les suelo decir que, aunque las prisiones se construyan lejos de las ciudades, enormes bloques de hormigón en medio de secarrales, nunca podrán ocultar la realidad. Las prisiones son un reflejo de la sociedad y aunque el poder las presenta como homogéneas, nada hay más lejos de la realidad. Son diversas, unas parecen destinadas a hacer la vida más fácil, otras son de castigo, puro y duro, así es como funcionan los grados. El preso es un instrumento, una mercancía manipulable hasta su muerte.
Después de años en prisión y conociendo muchas de ellas en diferentes estados de ánimo y personales, siempre tuve claro que el ejercicio físico y la lectura potenciaron mi independencia frente al monstruo, que hace lo posible por crear seres dependientes e irresponsables, ofreciendo todo tipo de drogas, por supuesto legales.
Estoy convencido que las cárceles de hoy son peores y más duras que las de hace años y que las de hoy son mejores que las del futuro. Este es un sistema perverso en continua evolución, destructor de la creatividad y de la rebeldía, cualquiera que sea la forma en que estás se manifiesten.
También l@s torturador@s evolucionan y buscan con los años mañas para lavar su imagen y responsabilidad social y lo logran creando equipos técnicos; psicólogos, educadores…empapándose de los derechos penales y jurídicos de l@s pres@s para convertirse en administradores de beneficios penitenciarios. Ahí tenemos a los cooperadores de siempre, cómplices de todos nuestros males durante años, la Pastoral Penitenciaria, que no esconden su sonrisa dentro y fuera de la cárcel, conscientes de haber realizado con un sobresaliente su trabajo. Pero hay otros coyotes de las más variadas marcas, tantas como colaboracionistas con este estado de cosas. Todas tienen un objetivo común, hacer que l@s pres@s dependan de ellas. Cuando estos salen en libertad, lo hacen con una mano delante y otra detrás, la prisión da el dinero justo para pagar el medio de transporte hasta el destino solicitado y así evitar que la lie en el pueblo más cercano a la cárcel, daría mala imagen…
Todo lo dicho no sería posible si los jueces de vigilancia penitenciaria hicieran su trabajo y no fueran un@s prevaricador@s compulsivos, responsables por inacción de torturas y abusos sistemáticos. Resulta asqueroso saber que archivan denuncias de lesiones graves, de torturas, como si no pasara nada, meros trámites burocráticos. Es escandaloso que ni un solo psicólogo o educador haya sido investigados por inducir al suicidio a algun@s pres@s, vendiéndoles falsas esperanzas, induciéndoles a la depresión y a estados de ánimo irreversibles. Bien conocen l@s medic@s a estas víctimas y su solución es adormecerles con drogas como la metadona y otras sustancias que el camello institucional reparte con alegría y mucha arrogancia, sabedores de su poder frente a sus víctimas.
Imagino que algun@ de vosotr@s se pregunte cómo estoy de salud. Bueno, uno se puede morir después de un gran esfuerzo, viendo la meta cerca y creyendo que puedes conseguirlo. Para mí es importante dormirme, entrar en la inconsciencia del sueño con una sonrisa. Sonreír es un acto de disciplina, una forma de resistencia.
Tengo legalmente cumplida mi deuda con la sociedad, incluso con mis verdugos. Tuve en mi haber una condena de 14 años por delitos que me adjudicaron en prisión: fugas, intentos de fugas, agresiones a carceleros, desacatos a jueces…Del mismo modo que no olvido mi pasado, ell@s se enfuerzan en seguir recordándomelo.
Tengo cumplidas, de largo, las tres cuartas partes de mi condena, tengo derecho a que mi pena para con la sociedad termine. Este ensañamiento con el que no dispone de medios económicos para comprar voluntades es muy común. Así pues, creo que no me van a soltar, quieren que cumpla mi pena hasta el ultimo segundo.
Cierto es que puedo solicitar un permiso y tras volver a prisión por mi propio pie, podrían darme el tercer grado. Cuento con apoyo de la compañera (es por ella que he llegado a vosotr@s, así que, gracias por lo que todavía queda por venir), pero por qué tengo que pasar por esto. Por qué he de volver voluntariamente a la casa de mi verdugo, de mi violador. Cuántas veces me arrancaron la ropa por negarme a los cacheos, sintiéndome, sabiéndome violado, física y psicológicamente. Pretenden que vuelva con el hueso que me han lanzado por encima del muro. Merece la pena salir así a la calle?
Todo lo que soy y tengo saldrá conmigo. No dejaré nada dentro. Así pues, el tercer grado con derecho a condicional no es viable, como tampoco lo es apelar al artículo 104 del Reglamento Penitenciario y exigir la excarcelación por enfermedad grave y así me lo han hecho saber esta semana. Parece que la atención que me prestan en la cárcel y en el hospital son suficientes. También fue suficiente, tras la paliza recibida en Zuera en 2017, el diagnóstico del hospital de Zaragoza que nada anormal vio y que meses después se convirtió en una infección crónica que derivó en un carcinoma nasal, cinco operaciones, 10 días en la UCI y pérdida de la nariz y parte del labio superior…
No me rindo y en esta batalla y en esta causa me gustaría contar con vosotr@s y por ello os doy las gracias a todAs.
Desde Estremera.
2-06-2025.